
Para los que aún no habéis tenido el placer de acercaros por Guadarrama a conocer sus bonitos paisajes y después daros el gustazo, acudiendo a este singular Restaurante que como veis, está dentro de una antigua casa de pueblo bien conservada que aún guarda el recuerdo de la chimenea a la entrada del local, donde cada día se hace la lumbre para asar a la brasa y con parrilla unas jugosas carnes al estilo vasco. Típico es también la paletilla asada de cordero lechal, unas ensaladas de rebañar el plato y las croquetas de jamón o de queso para las que no tengo palabras. Las carnes van al peso y el chuletón va a 30 euros el kilo, merece la pena darse el gustazo.
Ay algo que tengo que mencionar y es que, lamentáblemente casi siempre está lleno y hay que pedir mesa con tiempo, para poder comer o cenar aunque una buena opción es sentarse en la barra ya que te sirven todo lo que hay en carta, apuntar que con la caña no te sirven aperitivo, y eso anima a probar esas deliciosas croquetas de gran tamaño y por menos de 1 euro, que quitan el sentido.